Diciembre. Creo que he estado pensando en “esto” en muchas ocasiones.
Pensamientos narrativos que no apunte en ningún sitio. Diciembre no me gusta, no me gusta y de hecho evito pensar. Es increíble como mi cabeza hace caso omiso a recuerdos que no le apetece recordar. Aunque en alguna ocasión aparezcan todos en forma de atracón. Me acuerdo cuando le dije a mi psicólogo que quizá tenía que recordar. Una mala manía darle un tono místico a todo lo que envuelve mis días. Mi psicólogo me contesto – Recordar no es otra cosa que volver al corazón.
Ojala vayáis al psicólogo, y os escuchéis a vosotros mismos. Os repitan vuestras palabras y entonces realmente hagáis “Click”. En aquel entonces no me envolvía el caos que llevo dentro.
Ayer y antes de ayer. Me preguntaba a mi misma que hacía en un lugar, no sabía que pintaba allí. No se me van a caer los anillos por nada del mundo, pero creo que a veces la gente/ personas son cero conscientes de otras. En general no se empatiza, se juzga demasiado al otro y se es poco coherente. Se piden demasiadas peras al olmo.
Hace no mucho, ni muy poco huyo de la mediocridad. Intento que la forma en las que se hacen las cosas tengan un valor extraordinario. Darle un toque de luz a todo aunque a veces me sumerja en las sombras. No todo es brillar. No siempre voy guapa o estoy guapa. A veces estoy rota con descosidos que no creo que nadie pueda remediar.
Os cuento es Diciembre. Yo creo que el sentido a Diciembre se da cuando tienes que reencontrarte con quien crees familia, con tus amigos o con quien quieras estar. Mentira, celebra cualquier acontecimiento como si de ello dependiera el mundo. Celebra a quien te rodea, porque puedes llegar a echar tanto de menos que duela. Nada es eterno y eso es algo a tener en cuenta.
No me gusta dar últimamente a cualquier texto un sentido bucólico y dramático. Creo que hacer drama no es algo que me haga sentir responsable. El drama de mi vida quizá únicamente lo haga yo, y de mi dependa que lo siga siendo. Entregamos la pieza clave, la llave a quien nosotros creemos, hasta de quien confiamos somos responsables.
Por eso mismo, últimamente paso de la astrología, no le doy ni el mínimo de atención. Quizá únicamente a lo que diga Mia… le de algún sentido. La avestruz metiendo la cabeza en la arena.
Podría hacer un balance de este año. Fui ascendente Escorpio en la carta progresada hasta Agosto. Grado cero más una cuadratura por algún sitio. En general el 2023 ha sido un año de grandes lecciones. De cerrar y tirar la llave. Un año… que la vida me ha enseñado y también me enseñó en otros momentos, que a veces solo importa lo realmente importante.
Diciembre. Creo que he estado pensando en “esto” en muchas ocasiones.
Pensamientos narrativos que no apunte en ningún sitio. Diciembre no me gusta, no me gusta y de hecho evito pensar. Es increíble como mi cabeza hace caso omiso a recuerdos que no le apetece recordar. Aunque en alguna ocasión aparezcan todos en forma de atracón. Me acuerdo cuando le dije a mi psicólogo que quizá tenía que recordar. Una mala manía darle un tono místico a todo lo que envuelve mis días. Mi psicólogo me contesto – Recordar no es otra cosa que volver al corazón.
Ojala vayáis al psicólogo, y os escuchéis a vosotros mismos. Os repitan vuestras palabras y entonces realmente hagáis “Click”. En aquel entonces no me envolvía el caos que llevo dentro.
Ayer y antes de ayer. Me preguntaba a mi misma que hacía en un lugar, no sabía que pintaba allí. No se me van a caer los anillos por nada del mundo, pero creo que a veces la gente/ personas son cero conscientes de otras. En general no se empatiza, se juzga demasiado al otro y se es poco coherente. Se piden demasiadas peras al olmo.
Hace no mucho, ni muy poco huyo de la mediocridad. Intento que la forma en las que se hacen las cosas tengan un valor extraordinario. Darle un toque de luz a todo aunque a veces me sumerja en las sombras. No todo es brillar. No siempre voy guapa o estoy guapa. A veces estoy rota con descosidos que no creo que nadie pueda remediar.
Os cuento es Diciembre. Yo creo que el sentido a Diciembre se da cuando tienes que reencontrarte con quien crees familia, con tus amigos o con quien quieras estar. Mentira, celebra cualquier acontecimiento como si de ello dependiera el mundo. Celebra a quien te rodea, porque puedes llegar a echar tanto de menos que duela. Nada es eterno y eso es algo a tener en cuenta.
No me gusta dar últimamente a cualquier texto un sentido bucólico y dramático. Creo que hacer drama no es algo que me haga sentir responsable. El drama de mi vida quizá únicamente lo haga yo, y de mi dependa que lo siga siendo. Entregamos la pieza clave, la llave a quien nosotros creemos, hasta de quien confiamos somos responsables.
Por eso mismo, últimamente paso de la astrología, no le doy ni el mínimo de atención. Quizá únicamente a lo que diga Mia… le de algún sentido. La avestruz metiendo la cabeza en la arena.
Podría hacer un balance de este año. Fui ascendente Escorpio en la carta progresada hasta Agosto. Grado cero más una cuadratura por algún sitio. En general el 2023 ha sido un año de grandes lecciones. De cerrar y tirar la llave. Un año… que la vida me ha enseñado y también me enseñó en otros momentos, que a veces solo importa lo realmente importante.
Los nudos son nudos de garganta. Mi cabeza, mi cuerpo y mi corazón siempre estuvieron en el mismo lugar, se mantuvieron allí. Aunque la tormenta se hiciera más cerrada.
Nunca prometo pero te prometo.
Los nudos son nudos de garganta. Mi cabeza, mi cuerpo y mi corazón siempre estuvieron en el mismo lugar, se mantuvieron allí. Aunque la tormenta se hiciera más cerrada.
Nunca prometo pero te prometo.
